lunes, 4 de mayo de 2015

PRIEGO CUENCA

Recibir una carta, como esta, desde MÁLAGA, de Manuel Araguez, hace que uno se vaya a la cama con  ese"regustillo", tan especial, que hará que los SUEÑOS de esta noche, seguro que serán BONITOS.







.Soy una persona con suerte amedias.
Pasando unos días en Cuenca, a donde nos desplazamos desde mi residencia en Málaga, con parte de mi familia, en la capital me dijeron;

No vuelvas a Málaga sin ver la Iglesia de Priego y el Monasterio de San Miguel.

Nos pusimos a la tarea y la Iglesia no tuvimos suerte de poder verla, sí el Monasterio, donde nos encontramos con la fuerza de la naturaleza viva que hace al hombre pequeño y al alma grande.

Ésta, aquí en Priego, sí que es un verdadero tratado de teología, al llegar allí, me encontré como si estuviera viviendo una resurrección.

Pero mi poca suerte es que no me dijeran: no vayas a visitar el pueblo, sin antes hablar con el "alfarero".

De pura casualidad coincidimos y efectivamente en su taller pude ver otra naturaleza, que da vida al barro, y en los breves minutos que me quedaba de tiempo, sin salir del taller me hizo conocer la historia de Priego, la Iglesia y muchas cosas más.

Muchas gracias Jesús, por haberme servido de predicador y pregonero de este pueblo encantador.
Nada más llegar a mi casa he entrado en su página, desde la cual, a partir de ella, seguiré profundizando.

Que no pierda el entusiasmo y la amabilidad para los forasteros.

Manuel Araguez.

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